Ciertamente estos tres conceptos suponen propuestas extremadamente afiladas a primera vista, luego, poseen una mayor interacción de la que imaginamos – es más, cabalgan sobre el mismo elemento sobre el que se retroalimentan: las creencias humanas. José Ortega y Gasset ya adelantó en su manuscrito, «Ideas y creencias», «que las ideas se tienen y en las creencias se está». Con todo, lo que verdaderamente trató de sintetizar con esta concisa podría resumirse a: «los humanos debemos aferrarnos sí o sí a nuestras creencias para llevar a cabo nuestro día a día sin desesperarnos, y, que todas nuestras maquinaciones se resumen a ideas las cuales con el paso del tiempo pueden madurar en creencias asentadas para la cultura humana contemporánea». En pocas palabras, necesitaríamos creer con firmeza en nuestras convicciones cotidianas, por ejemplo, para instalarnos a nosotros mismos la idea de que no podemos atravesar caminando un material sólido como una pared de hormigón. Así pues, mascado ya el concepto hilo de esta entrada, podemos correlacionarlo con las tres propuestas citadas al comienzo: el anime, los videojuegos, y los superpoderes. Bien es sabida la magnificencia del arte animado japonés y su pretendida exageración de las aptitudes humanas, tanto como la dedicación de un autor a elaborar un espacio virtual lleno de posibilidades como lo puede ser un videojuego sandbox de aventura – los superpoderes aquí darían su aparición con la síntesis de lo que estas dos industrias transmiten -. Por supuesto que todos nos quedamos alucinados al ver a Goku o a Zoro entrenar, al mismo tiempo que al ver a Naruto lograr sus objetivos; la genialidad del anime radica en su libertad y creatividad para ilustrar el potencial de las creencias humanas y lo que podrían suponer en nosotros – podrías llevar esto al siguiente nivel experimentando esos mismos límites a los mandos de un inmersivo videojuego -, sin embargo, todo queda redimido a ficción. Se suele decir que «la realidad supera a la ficción», y no podría ser más cierto: no destruirás universos como en Dragon Ball, pero quizás halles en este tipo de contenido la motivación necesaria para dar rienda suelta a tus destrezas e impulsarlas hasta límites hasta entonces desconocidos. El mundo de las creencias y cualidades humanas es fascinante, e incontables deportistas lo han demostrado: Muhammad Ali, «El Nano», o cualquier socio de Red Bull – incluso exiten personas capaces de escalar por muros a simple vista lisos. Todas estas hazañas junto con todas sus implicaciones y profundidad podréis descubrirlas visitando el siguiente vídeo.
Deja un comentario